Lo primero que hicieron tras el apagón fue utilizar sus teléfonos móviles a modo de gusiluz. Mientras la mitad miraba el cuadro de luces, intentando recordar algún programa de bricomanía para actuar, el resto permanecía presionando una y otra vez los botones de sus respectivos teléfonos para conseguir iluminar el escenario. Sólo DarkSunrise utilizó el móvil para llamar a la compañía hidroeléctrica y ponerlos a parir. Aunque lo único que consiguió fue que la informaran de que, al menos durante esa noche, no habría suministro eléctrico en todo el pueblo costero.
Se adentraron en la casa en busca de alguna fuente de iluminación que durase algo más de tres segundos. Durante el recorrido se creó un silencio desconcertante y la seguridad de estar rodeados de gente en la penumbra corrió por cuenta de los agudizados sentidos de todos ellos. De repente escucharon un fuerte ruido, acompañado de un lamento. Todos se sobresaltaron. Algunos hasta agarraron con fuerza el brazo del sujeto más próximo. Pero la incertidumbre cesó tan pronto como Jony comenzó a maldecir el baúl con el que se había tropezado.
Jony alumbró con su teléfono el baúl, como queriendo quedarse con la cara de quien le había atacado a traición en la oscuridad. Todos observaban aquel cofre con curiosidad. Tuvo que ser Mem quien se acercara a inspeccionarlo. Acertó a describirlo minuciosamente a quienes se encontraban más alejados. Era de nogal y tenía talladas en relieve una serie de hojas que simulaban las enredaderas que forman las hiedras en las fachadas. Mientras especulaban sobre el objeto, Chufowski pasó a la acción y se dispuso a abrirlo impulsivamente ante la atenta mirada de los demás. Justo antes de levantar el pasador, advirtió que en la cerradura había un grabado con las siglas M.E., pero prefirió no comunicárselo al resto.
Dentro del misterioso baúl encontraron una docena de cirios blancos. Miraron confusos a Ed. Expunctor, dueño de la casa, quien tuvo que confesar que pertenecía a la Cofradía del Cristo de los Velones y que, probablemente, alguien habría guardado ahí sus utensilios de nazareno. Arenas comenzó a colocar las enormes velas en torno a una elipse imaginaria. Sólo cuando la geometría había alcanzado su perfección, encendió las respectivas mechas con cuidado de no quemarse.
A todo esto, Prometeo y Nuevo Ícaro se miraron, sonrieron y comenzaron a trazar un plan en voz baja. Tras varios gestos de conformidad, preguntaron al unísono si había en la casa sábanas suficientes para todos. En ese momento el ambiente se impregnó de un interrogante masivo. Prometeo agarró una de las velas y recorrió la casa en busca de su botín. Mientras, Nuevo Ícaro explicaba que, dadas las circunstancias y tras el reciente descubrimiento de las velas, se les había ocurrido hacer una pequeña performance inspirada en la leyenda gallega de la Santa Compaña y recorrer el pequeño pueblo costero de esa guisa.
Antes de que el resto se hubiese pronunciado, Prometeo ya había recopilado nueve sábanas blancas. Duckland se colocó sin pensar una de ellas y tomó su correspondiente cirio a juego. Se plantó en el dintel de la puerta con una sonrisa de oreja a oreja y animó efusivamente a los demás a hacer lo propio con premura. Aunque no todos estaban convencidos, al final se llevó a cabo el improvisado desfile de las ánimas. Y dicen los aldeanos, que vieron desfilar a un extraño grupo de muchachos por sus calles, que aquella fue la noche más extraña de cuantas acontecieron en el municipio hasta la fecha.
2 comentarios:
Me encanta, Dark, es buenísimo,aunque
yo creo que los velones de Ed, más que utilizarlos con la cofradía tienen otra función más escabrosa y son utilizados en aquella zona donde no brilla el sol, en las largas y solitarias noches invernales.XDDDD.
Ed, no me culpes, fue la perversa mente de Dark la que me inspiró este pensamiento tan...¿Cual es la palabra? ¿Gay? No se...
Muchas gracias Nuevo Ícaro :**** Me consideraré como una musa de la perversión xDDD Estoy deseando que te toque a ti para que nos lleves a dar un lindo paseo por el averno :) Besisssssss
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